Él la acepta pero no la ama... Donovan James Arthur Sinclair, octavo duque de Manchester, está maldito a vagar por la Tierra como un cambia-lobos. La mayor parte de los días no le importa la bestia, pues la vida de un duque es bastante espléndida, pero resulta agotadora si es sincero consigo mismo. Cuando salva a una señorita del campo de un carruaje fuera de control en un pueblo rural, se le ocurre que podría estar equivocado.
Ella lo ama pero no puede aceptar lo que él es en realidad... La señorita Alice Morrowe, es ciega y está firmemente en el estante, no amada y no deseada por casi todos los que ha conocido. Aunque es feliz con su vida, quiere ser aceptada por lo que es. Cuando es arrojada al suelo en una maraña de miembros por un hombre muy desnudo en medio de un estruendo de cascos, no puede evitar preguntarse si su vida está a punto de cambiar.
Un matrimonio de conveniencia que es cualquier cosa menos... En ella, Donovan ve una forma de romper su maldición si consigue seducirla hasta el amor. En él, Alice encuentra consuelo y la emoción del romance. Ella está encantada de casarse con él y de conseguir la vida que siempre ha deseado, pero ¿es su amor lo que él necesita para desterrar a la bestia que lleva dentro? Las emociones se disparan cuando las cosas no resultan como cada uno había planeado. Sólo el descubrimiento de la verdad y el amor genuino pueden traer claridad, esperanza... y el "felices para siempre".
Sandra Sookoo es una autora del USA Today que cree firmemente que todas las personas merecen ser aceptadas y tener un final feliz. Lleva escribiendo para su publicación desde 2008. La mayoría de los días se la puede encontrar creando escándalos y travesuras en la época de la Regencia, serendipia y casualidad en la época victoriana, o suspense romántico histórico completo con misterio e intriga. Leer es muy parecido a comer chocolates: no se puede comer sólo un libro. ¡Menos mal que no tienen calorías!
Cuando no está desgastando los teclados de los ordenadores, Sandra pasa el tiempo con su príncipe azul de la vida real en el centro de Indiana, donde es conocida por hornear galletas y hacer que los momentos cuenten porque la clave de la vida es la risa. Aficionada a Disney desde los diez años, cuando su alma se atasca y su imaginación flaquea, se impone un viaje a Walt Disney World. Nada alimenta más sus sueños que la tierra de los eternos finales felices, la esperanza y las historias de amor.