¿Qué exige el dios del fuego de Brendan?
El problema no son sus habilidades con la cerámica. No, el problema radica en el horno de su patio trasero. Cada recipiente que Brendan dispara en él termina destrozado. ¿Su culpa? ¡Oh, no!
Una voz de mando le dice que todos los intentos que haga fracasarán... a menos que haga lo que le pide. Brendan engancha a su compañero Johnny, aunque solo sea para decirle que está completamente loco. Terminan en un lugar que nunca pensaron volver a visitar, un lugar de pesadillas de su infancia.
Ja, tal vez hay un dios del fuego. ¿Cómo lidia uno con eso?
Elaina vive en la mágica Irlanda después de dejar los alrededores de la magnífica Table Mountain en el extremo sur de África. Habiendo vivido también en Nueva Zelanda, ahora se da cuenta de que las nieblas de Irlanda están cerca de la perfección. Al escribir, pone en palabras sus viajes y sueños, porque cree que hay inspiración incluso en el cuento más escandaloso. ¡Ven con ella a lugares familiares y muy, muy lejanos!